Durante siglos, el gofio se ha elaborado de manera artesanal, en sus inicios a mano, posteriormente ayudado de molinos y ya en las últimas décadas con procesos industriales, aunque se sigue elaborando de forma artesana en muchos puntos de las Islas.
Para la elaboración del gofio se siguen los siguiente pasos:
- Se recolecta el cereal.
- Se seleccionan los granos y se limpian.
- Se procede al tueste, que puede ser de diferentes tipos, aquí cada molino tiene su fórmula y según sea el tueste, se consigue un sabor u otro.
- Se procede a la molienda o molduración.
- Y por último se añade sal y se procede al envasado.
La molienda antiguamente se hacía a mano, con 2 piedras redondas concéntricas, con un hueco en el centro, el cereal se iba echando por este hueco y a la vez se iban girando las piedras y los granos iban saliendo molidos por los laterales.
Más tarde este proceso evolucionó y para girar las piedras se hacía con la ayuda de un palo insertado en una de ellas, estos los llamaban molinos de sangre.
Luego vinieron los molinos de agua, en los que había un mecanismo por el cual el agua impulsaba las ruedas de molino.
Y también los molinos de viento, que aprovechaban la fuerza del viento para impulsarse.